sábado, 21 de septiembre de 2013

The Lovely Bones

Cuando Alice Sebold escribió Desde mi cielo, libro en que se basa la película, pretendía hacer un análisis de cómo un suceso tan trágico como la violación y posterior asesinato de una niña afecta a las personas que le rodean. Una de los puntos a favor del libro era la carencia de detalles morbosos y la delicadeza con la que se trataba el tema. El libro estaba narrado en primera persona por su protagonista, Susie Salmon, desde su particular cielo: una especie de limbo desde el cual podía observar como seguían las vidas de sus familiares y amigos después de su muerte, e incluso inmiscuirse en ellas.


Peter Jackson, director de El Señor de los Anillos, luchó por hacerse con los derechos de la novela y realizar una de sus películas más íntimas. En la película, Jackson no presta tanta atención a como la muerte afecta a los allegados de la protagonista, como crecen y aprender a vivir con ello, y se centra más en el propio cielo que pasa a habitar Susie. Un cielo que cambia de escenario y tonalidades con excesiva frecuencia, pasando de un aspecto siniestro y oscuro (la escena del mugriento baño con el asesino en la bañera, o en la que Susie encuentra en el agua cuerpos de sus predecesoras) a otro mucho más colorido y kitsch.

La película guarda bastante relación con una de las primeras obras de Jackson, Criaturas celestiales. Este film narraba la historia de dos amigas con una gran imaginación que planean asesinar a la madre de una de ellas para evitar que rompa su relación. Ambas intercalan imágenes de la realidad con otras de fantasía y tratan el tema de la muerte y el asesinato. Sin embargo, la emoción y sensibilidad que impregnaba esa película no llega a aparecer nunca en su más reciente obra. The Lovely Bones tiene un trabajado envoltorio, excesivo y delirante, pero carece de alma. Esa emoción que debería impregnar toda la película sólo aparece en ocasiones, como el primer encuentro subterráneo entre Susie y su asesino, donde se puede cortar la tensión. Nos hallamos pues ante una película demasiado centrada en sus aspectos técnicos, que deja de lado a los que deberían ser los verdaderos protagonistas de una historia como esta: sus personajes.

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